Especialistas en diseño industrial brindaron un seminario online para sensibilizar sobre las posibilidades que ofrece la industria 4.0. Resaltaron los cambios que trajo en la forma de producir, en los modelos de negocios y en la relación con el consumidor y el medio ambiente.
Mucho se habla de la industria 4.0 en términos de las tecnologías en las que se apoya pero hay otro lado de la trama que tiene que ver con los cambios socioculturales que le dan sentido, entre ellos una preocupación creciente por el estado del planeta y una demanda cada vez más cambiante y de inmediata satisfacción. Sobre esas dos dimensiones, la tecnológica y la sociocultural, reflexionaron los diseñadores industriales de la Universidad de Buenos Aires Raquel Ariza, Martín Escobar y Jorge Ceballos en el seminario virtual “Mirada hacia la transformación digital e industria 4.0”, organizado por el CIDEM como parte de las actividades que viene llevando adelante en su calidad de Unidad de Transformación Digital (UTD) designada por la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo.
Raquel Ariza se refirió a las tecnologías que caracterizan a este modelo y dijo que hay que dejar de mirarlas desde la fascinación y pensarlas más bien como “habilitadoras”. “No es importante la tecnología en sí, sino con qué se vinculan y qué quieren obtener”, remarcó ante un público compuesto por empresarios, emprendedores, estudiantes y docentes.
Así, explicó las diferentes posibilidades que traen el software de simulación, la fabricación aditiva, la robótica, las tecnologías inmersivas, la Internet de las cosas, el Big Data, la inteligencia artificial, la computación en la nube y la seguridad cibernética.
En una línea similar, su colega Jorge Ceballos enfatizó que es un error considerar a estas tecnologías como emergentes ya que algunas tienen décadas de desarrollo, asegurando además que la novedad está en cómo se combinan para hacer cosas que antes eran impensadas. “La disrupción que pueden generar tiene que ver con su interacción”, planteó, poniendo como ejemplo una pieza hecha a partir de la manufactura aditiva.
“Comparada con una pieza convencional, esta pieza es 40 % más liviana y 20 % más fuerte. Además, para llegar al resultado final no necesito de varias piezas como en la fabricación tradicional, es decir que reduzco mucho los componentes. Pero esto solo es posible si yo mezclo la manufactura aditiva de metales con el software de simulación, la inteligencia artificial y el diseño generativo. Con una impresora 3D sola no voy a lograr mucho, tampoco si no tengo una idea clara de adónde quiero llegar”, ilustró.
Una nueva dinámica sociocultural
Por otro lado, Ariza dejó en claro que la expansión de estas tecnologías responde a una nueva dinámica sociocultural. “La industria 4.0 empieza a plantear otras cosas porque el mundo mostró que es finito y las tecnologías digitales que no necesitamos tener todo materializado. En la primera revolución industrial, la industria modificó lo social y en esta cuarta es lo social lo que modifica la industria. Pensemos en que todos tenemos la necesidad de tener un teléfono que nos diga por dónde ir. Ya venimos digitalizados, algo que se profundizó en la pandemia. De lo que estamos hablando es de un completo cambio de paradigma, de otro tipo de mentalidad”, aseguró.
La diseñadora apuntó que es central pensar los motivos por los cuales adoptar estas tecnologías, y dijo que el primero de ellos tiene que ver con el factor humano. “El modelo que entendemos nosotros es el del anillo de afuera, el anillo estratégico, que implica la pregunta de para qué voy a incorporar estas tecnologías. En principio para mejorar la calidad de vida de las personas. Entendemos a estas tecnologías como algo que nos suma, no como un aprendizaje que nos complica”, dijo.
Asimismo, indicó que otra razón es la sustentabilidad. “Algo que empieza a ser clave es la economía circular, pensar la relación con el ambiente, cómo vamos a hacer para que esto sea un ecosistema que se regenera, que las cosas vuelvan y no sean basura. Hay una sinergia entre lo que me da la industria 4.0 y la economía circular, una le da propósito y la otra viabilidad. Si yo no tengo los datos, no puedo hacer trazabilidad”, ejemplificó.
Ariza también destacó la mirada integradora que trae la industria 4.0. “Todo esto que sucede es tan complejo que necesito pensarlo con otros, por eso hablamos del pensamiento colectivo. Para que mi negocio funcione necesito pensar que lo tengo que hacer con otros, para que mí área se desenvuelva bien tengo que vincularme con otras áreas. Hay una visión colaborativa, de relaciones de confianza entre personas, empresas e instituciones. Lo que antes eran clientes y proveedores, ahora pasan a ser socios estratégicos”, consideró.
Como parte de estas transformaciones en las relaciones, Martín Escobar aludió a las nuevas formas de inversión como el crowdfounding. “Es el fondeo de mi proyecto a través de la comunidad. Estas iniciativas comienzan en la industria cultural pero se están volcando a lo productivo. Existen plataformas en donde se presentan proyectos para hacer determinados productos que se van a vender a tal costo. Entonces las personas pueden poner dinero en ese producto y se transforman en accionistas. Es con esa venta del producto por adelantado que comienza su desarrollo”, se explayó.
La producción personalizada y los nuevos modelos de negocios
En otro tramo de su presentación, Ariza se refirió a cómo los cambios sociotecnológicos modificaron la forma en que debe entenderse la producción. “En el nuevo paradigma, recién cuando está vendido el producto se empieza a manufacturar y después llega al usuario. Tengo instancias que optimizan la producción en el sentido de que no tengo stock. Si no lo vendí, no lo fabrico”, evaluó.
A su vez, habló del surgimiento de nuevos modelos de negocios. “Empiezan a aparecer otras lógicas como la de los servicios, y además hoy es fundamental pensar desde la experiencia de los usuarios”, remarcó.
Según Martín Escobar, con la industria 4.0 el enfoque de la manufactura cambió radicalmente. “Ahora se habla de una hiperpersonalización, basada tanto en tecnologías que permiten fabricar productos a medida como en aquellas que me permiten entender cuáles son las demandas específicas del cliente”, precisó.
De igual modo, el diseñador afirmó que otro de los aspectos que varió notablemente en el esquema productivo es el de la infraestructura. “La principal empresa de hotelería, AirBNB, no tiene habitaciones propias pero logra conectar a la demanda con la oferta y lo único que hace es administrar. La empresa que más vende, que es Mercado Libre, tampoco fabrica productos. Son dos modelos extremos de infraestructura de la industria 4.0”, comentó.
Pero si hay una pieza fundamental en todo esto es el cliente. “Se profundizó la palabra del cliente en la definición de mi producto. Tengo que aceptarlo y tomarlo como punto de largada de mi forma de producir. El cliente es más exigente y eso también está basado en que rápidamente puede compararme. Tengo que saber entender qué es lo que está percibiendo el cliente como mejor de mi producto con respecto al del otro, y que está leyendo como inferior. Si no veo eso, mi producto tiene problemas. Estoy expuesto a una matriz FODA permanente”, describió.
En cuanto a la demanda, señaló que en la industria 4.0 es para resolver en el momento. “La distancia que hay entre el deseo y la obtención del producto es prácticamente inmediata. De acuerdo al producto que sea, puedo llegar a tenerlo personalizado en mi casa en el plazo de tres horas”.
Escobar también discurrió sobre los facilitadores tecnológicos para este tipo de producción flexible, clasificándolos en duros (hardware) y blandos (software). Dentro del hardware, citó entre otros ejemplos a los centros de mecanizado en donde, mediante la sensorización, el cambio de un diseño de producto puede ser interpretado rápidamente por una máquina. Sobre el software se detuvo en el diseño, manufactura e ingeniería asistidos por computadora. “Esta manera de producir y ensayar me acorta muchísimo los tiempos de diseño. Si quiero cambiar un componente puedo hacerlo y probarlo en un gemelo digital que no existe en la realidad y sacar todos esos tiempos de ensayo, prueba y error”, acotó.
Finalmente, el experto subrayó que la producción personalizada no reemplaza a la producción masiva sino que la complementa. “Yo puedo tener el 80 % de mi producto realizado de la manera convencional, en una producción de alto volumen, y terminarlo en la interface con el humano. Por ejemplo, yo puedo terminar una bicicleta con los puños hechos a medida para el cliente y con esto lo que estoy logrando es un producto de altísimo valor agregado”, concluyó.
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