Mg. Ing. Roberto Jorge Lattanzi[1]
Cuando el COVID comience a retroceder, la economía y la producción deberán reactivarse y probablemente enfrentaremos un mundo y un país diferente, con necesidades derivadas de la pandemia sufrida, limitación de recursos financieros públicos y privados y una deuda externa acuciante. Deberemos entonces analizar y rever muchos de los conceptos valores y necesidades asumidos como importantes en el pasado.
Uno de los que como sociedad deberíamos revalorizar en su verdadera dimensión, es la institución “empresa Pyme”. En efecto, siempre se planteó que este tipo de empresa tiene un valor económico, pero no se ha considerado suficientemente su valor social. Las Pymes se nutren de las personas de la sociedad que la rodea y vierten en ella, tecnología, sus productos y sus salarios. Si una Pyme cierra, es la comunidad toda la que pierde valor de capital y de conocimiento. De ello se deriva una responsabilidad social, política y económica de preservar y desarrollar a las empresas Pyme.
Tradicionalmente, cuando se plantearon políticas de desarrollo Productivo industrial y Pymes siempre hubo dos aspectos al que no se le ha prestado debida atención. Primero, las pymes, en tanto empresas han sido valoradas solo como instituciones económicas proporcionadoras de empleo, pero no como actores centrales del desarrollo industrial del país, en función de su participación en la economía nacional. Por ello es necesario también construir una visión superadora de empresa Pyme nacional como protagonista central de la política productiva, mediante una concepción diferente sobre el rol de los actores principales y sus interrelaciones.
Segundo, se considera conceptualmente que todas las Pymes son iguales, sin embargo no tienen todas la misma problemática ni las mismas posibilidades de crecimiento. Es necesario distinguir las Pymes Productivas, de las comerciales y las de servicio. Pero también dentro de las Pymes Productivas son diferentes las necesidades tecnológicas, de innovación, financieras, organizacionales, legales, de formación y capacitación y otras, de acuerdo a la rama productiva a la que pertenecen y a las zonas del país en que están ubicadas y también son diferentes las necesidades y posibilidades de las que exportan o quieren hacerlo, de aquellas que ni siquiera se lo han planteado.
Los distintos gobiernos han tenido políticas de apoyo en mayor o menor medida, considerando siempre el universo Pyme como un todo homogéneo; la realidad es diferente. Existen problemas comunes, pero el tratamiento debe ser diferencial. Se hace necesario entonces considerar como de suma importancia y urgencia la atención de las realidades señaladas y replantear radicalmente la concepción, el diseño y los instrumentos a aplicar para que el desarrollo de las Pymes se traslade al territorio, tanto en el orden nacional, como provincial y local. En este sentido, las universidades de la región centro oeste, tal como lo viene realizando la UNTREF, pueden realizar un aporte importante facilitando el necesario dialogo con las empresas, los sindicatos y los gobiernos locales.
[1] Ing. ROBERTO J. LATTANZI (UTN-Reg. Bs. Aires)
-Integrante de Dirección de Vinculación y Transferencia de Tecnología-Universidad Nacional de Jose C. Paz.
-Integrante del Foropyme
-Mag. en Economía Industrial con especialización en PyMEs
-Ex Director del Instituto de Industria en la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento.
-Ex docente en la UTN-regional Gral. Pacheco
-Ex miembro de la Gerencia de Desarrollo del INTI
-Se desempeño en empresas públicas, privadas, multinacionales y PyMEs.
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