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Diego Bercovich

Que cada uno se pague lo suyo… o no Comprendiendo los flujos económicos de la Empresa Familiar (VI)


Hoy vamos a hablar de los beneficios que la empresa familiar provee a los miembros de la familia, más allá de que trabajen o no en ella, es decir, vamos a hablar de los privilegios de los que se hace cargo la empresa por el sólo hecho de que alguien forme parte de la familia.

Como se ve, no hablamos aquí de los beneficios que integran la compensación de los empleados que trabajan en la empresa, sean familiares o no.

La practica de otorgar privilegios suele iniciarse para generar economías de escala (por ejemplo, al contratar las líneas de los teléfonos móviles para toda la familia desde la empresa) o para buscar ahorros fiscales (por ejemplo, al contratar las pólizas de seguros de los automóviles particulares desde la empresa). Las cosas suelen ir más o menos bien hasta que:

  1. La complejidad administrativa crece por demás, acompañando al crecimiento natural de la población familiar,

  2. Los gastos de administración que se generan adquieren un nivel inaceptable para la empresa,

  3. Algunos integrantes de la familia abusan de los privilegios, o su uso hace emerger cierta percepción de inequidad entre los miembros de la familia.

Pasemos a describir los beneficios objeto de la discusión y así lo tendremos aún más claro.


Tipos de beneficios en las empresas familiares

Podemos categorizarlos en tres grandes grupos:

  1. Uso particular de bienes: incluimos aquí el disfrute para fines particulares por parte de miembros de la familia de bienes que son propiedad de la empresa. Por ejemplo, cuando un miembro de la familia reserva una sala o despacho para una actividad particular, o utiliza un automóvil de la empresa para un viaje de placer sin que esta actividad esté comprendida en la política de beneficios definida por la empresa.

  2. Actividades realizadas por trabajadores de la empresa en beneficio de intereses particulares de miembros de la familia. Por ejemplo, cuando el gerente de Administración de la empresa realiza las declaraciones de impuestos de los familiares, o cuando personal de Logística hace trámites o lleva los niños a la escuela.

  3. Gastos particulares de los miembros de la familia asumidos por la empresa. Por ejemplo, cuando los gastos de mantenimiento del jardín o el abono de Internet son pagados desde la empresa.

Probablemente existan buenas razones para que la empresa provea alguno o todos estos beneficios, pero es indudable que tienen el potencial de producir desequilibrios indeseables en la empresa familiar.

Desequilibrios producidos por los beneficios

Al incurrir en estos gastos no directamente relacionados con el desempeño de la empresa se producen efectos tales como:

  1. Sobrecarga del costo de estructura empresarial, menor competitividad, distorsión de resultados,

  2. Ahorros fiscales no del todo defendibles,

  3. Inequidad entre parientes,

  4. Descontrol de gastos al fomentar la cultura de “todo gratis” - los familiares que incurren en los gastos no ven las facturas que se generan,

  5. Bienestar artificial - percepción de que todo va bien al pagarse los gastos particulares mientras la realidad puede ser muy distinta.

Poniendo orden

La primera pregunta que hay que hacerse es si realmente es necesario poner orden. En algunos casos esta situación puede no molestar a la gestión de la empresa familiar y aceptarse como unos costos en los que no se tiene inconveniente en incurrir en beneficio de unos objetivos determinados.

En el caso de que se quiera establecer un marco que regule todos estos beneficios, lo aconsejable es que su gestión se realice a través de un Family Office. Esta entidad es la mejor posicionada para seguir las políticas establecidas por la familia, asegurando que quienes reciben los beneficios lo hagan según lo establecido y ocupándose de que su financiación se haga desde el patrimonio en su conjunto o directamente cargando a los grupos familiares los gastos correspondientes. En un próximo artículo nos extenderemos sobre este tema.

En definitiva, poniendo orden conseguiremos que la empresa quede liberada de realizar actividades no relacionadas con el desarrollo del negocio y de soportar gastos que no le corresponden. Así podrá concentrar todos sus recursos exclusivamente en conseguir proporcionar el mejor valor posible a sus clientes, propietarios, y demás stakeholders.


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