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Pampa Hemp se prepara para abrir Dispensario, primera farmacia magistral de cannabis en Argentina

Actualizado: 12 may 2023

La startup creada por Sebastián Tedesco y Pablo Fazio inicia una nueva etapa con este sofisticado local en el que comercializarán sus productos y podrán elaborar fitopreparados a medida.

Ubicado en pleno corazón de Palermo, Dispensario Ciencia Botánica es la nueva propuesta de Pampa Hemp para llegar directamente al público con sus innovadores productos a base de cannabis, cáñamo y otras especies vegetales. La startup creada en 2019 por el investigador, artista y docente de la UNTREF, Sebastián Tedesco, y el presidente de la Cámara Argentina de Cannabis, Pablo Fazio, comienza así un ciclo donde apuestan al agregado de valor y a formas de comercialización no tradicionales. Se trata de una iniciativa novedosa ya que es la primera farmacia magistral en nuestro país que trabajará con cannabis y en ella personalizarán aceites bajo receta médica, además de vender sus propios aceites, cremas, ungüentos, jabones, perfumes y lentes.

Como explica Tedesco, fue un salto que decidieron dar a medida que iban aprendiendo sobre la marcha. “Como la industria recién está naciendo en Argentina hay muchos encadenamientos productivos o instancias de agregado de valor que aún no se han dado. Nosotros empezamos con la producción primaria, pero a medida que transitábamos este camino nos dimos cuenta que si nos quedábamos ahí iba a ser una situación bastante limitante”.


Además, cuenta que para que este nuevo espacio se materializara hubo un apoyo clave del sector público. “Tempranamente nos dimos cuenta que cualquier actividad con cannabis iba a estar altamente regulada por el Estado, con lo cual era estratégico generar vínculos con esa dimensión del negocio”.

Precisamente Dispensario surgió del Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC) Emprendedores para la Innovación impulsado por el Ministerio de Desarrollo Productivo, una convocatoria que busca ampliar las posibilidades de emprendimientos innovadores con el otorgamiento de aportes no reembolsables (ANR). Pampa Hemp venía trabajando junto a un equipo de la Universidad de Buenos Aires en un sistema de extracción del principio activo del cannabis con CO2 supercrítico a baja escala que era muy poco habitual, y a eso decidieron sumar una vía de acceso a esos productos que todavía no se había implementado en el país.


En la reglamentación, precisa el entrevistado, había tres formas de acceder al cannabis terapéutico: una eran las especialidades medicinales registradas por laboratorios y aprobadas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), la otra era el autocultivo a través del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) y la tercera era el sistema de farmacias magistrales autorizadas. “Todo el mundo estaba mirando las otras dos puntas y ahí en el medio había algo que no se sabía. Vimos que había una oportunidad, mandamos la propuesta con el acompañamiento y el asesoramiento del CIDEM y quedamos como uno de los proyectos con mayor puntaje de la convocatoria”.


Al haber ganado el PAC, la startup pudo financiar un estudio de factibilidad legal con un equipo de abogados especializados en regulación, el proyecto arquitectónico del local y parte de la obra, así como la imagen de marca y la comunicación. “Que el Estado pusiera plata para hacer esto era muy importante, fue una gran ayuda, pero no menos importante era el reconocimiento simbólico. Independientemente del financiamiento, representó una instancia legitimadora que estábamos necesitando”, comparte.



Un concepto propio y el desarrollo de productos innovadores


Tedesco señala que detrás del local hay un concepto fuerte al que incluso le ven un potencial franquiciable. “El concepto nuestro es el de la ciencia botánica, reconciliar lo mejor de la medicina natural, de lo que las plantas pueden brindar, con lo mejor de la ciencia, la tecnología y las buenas prácticas de laboratorio. Hay un foco puesto en una experiencia de consumo específica. Este es un espacio transdisciplinar en el que se cruzan el arte, el diseño, la ciencia y los proyectos de investigación. Nosotros pensamos que es algo singular que podría ser proyectable desde Argentina al mundo, nos gustaría volver aspiracional algo que es nuestro. No queremos seguir tendencias, queremos crearlas”, apunta.


Es que para él, el cannabis es un fenómeno totalmente transversal a la sociedad. “No se restringe a lo medicinal o a lo botánico, también toca temas de la cultura popular, científicos, políticos, económicos y de negocios”.

Los productos, dispuestos en anaqueles, exhibidores y mesas con cuidados detalles de diseño, conviven con un laboratorio ubicado al fondo que muestra sus paredes intervenidas con cadenas químicas y donde se ve el instrumental típico. Hay probetas, pipetas, una mezcladora, una agitadora, un baño maría y un horno pero también tecnologías de avanzada como el mencionado equipo de extracción por CO2 supercrítico que permite obtener una materia prima de mayor calidad y pureza, y un espectrógrafo de infrarrojo cercano desarrollado en la Universidad de Jerusalén que identifica determinados cannabinoides mediante inteligencia artificial.


Entre los aceites que ofrece Dispensario, hay tres formulaciones: una hecha mayormente de CBD, otra con predominio de THC y finalmente la que llaman 1:1, que contiene ambos cannabinoides en proporciones similares.


“En general, la industria farmacéutica y los reguladores tienen un interés hacia la estabilidad, a replicar siempre lo mismo, les encantan los cannabinoides aislados, por ejemplo los isolados que tienen solo CBD. Lo más interesante para el uso medicinal es la cuestión del efecto séquito, o como le dicen en inglés efecto entourage, que es el modo en el cual nosotros trabajamos acá. Son aceites full spectrum que tienen los cannabinoides que supuestamente tienen que tener pero también llevan, en porcentajes marginales, los otros cannabinoides y otros compuestos de la planta. Hay muchísima evidencia científica que indica que cuando los principios activos de la planta funcionan al mismo tiempo los efectos terapéuticos se potencian”, dice sobre las particularidades de sus preparados.


Asimismo, tienen una línea de cremas y ungüentos de venta libre con CBD para tratar dolores musculares y problemas de la piel y disponen de jabones sólidos y líquidos a base de terpenos y aceite de cáñamo que se caracterizan por sus propiedades antioxidantes. En el local también se pueden conseguir sus modelos de anteojos con marcos de cáñamo industrial que crearon conjuntamente con Chanvre, una start up de diseñadores industriales.


Aunque por lejos el producto que más llama la atención es su perfume Living Hemp (cáñamo vivo). “Es el más emblemático. Llegamos a él después de muchos ensayos”, reconoce, agregando que en su desarrollo intervino nada menos que el gigante estadounidense International Flavors and Fragances Inc (IFF), una compañía a la que Tedesco quedó vinculado por el proyecto Aromatorio que co-dirige junto a Bruno Mesz en el MUNTREF Centro de Arte y Ciencia de Tecnópolis.


“El estudio comenzó con una suerte de nariz digital que tiene IFF, un escáner de aromas que analiza la atmósfera olfativa alrededor de una sustancia. Con esta tecnología se escaneó una planta viva de cannabis en flor. A partir de eso hicieron una esencia que tenía todos los terpenos orgánicos, pero claro también tenía tierra húmeda, clorofila y otros compuestos aromáticos que normalmente no son fáciles de determinar con otras tecnologías de análisis. Fuimos ajustando, paso a paso, hasta que llegamos a la fórmula. Lo testeamos con cultivadores de mucha experiencia sin decirles qué era y nos confirmaron: huele igual a una Lemon Kush recién cortada”, asegura.



Cannabis, salud y tercera edad


Al ser consultado sobre los efectos terapéuticos del cannabis, Tedesco se levanta de su sillón y se dirige, raudo, hacia el estante donde reposa la guía de cannabis medicinal confeccionada por los doctores Marcelo Morante (Director del Programa Nacional de Cannabis del Ministerio de Salud de la Nación) y Celeste Romero. Pone el dedo sobre una página y enumera: Alzheimer, ansiedad, artritis gotosa, artrosis, asma, Asperger, ataxia, condiciones del espectro autista, cuidados paliativos, depresión, dolor crónico, enfermedad de Crohn, esclerosis múltiple, epilepsia refractaria, fibromialgia, Parkinson…


“Los tratamientos para los que está indicado son amplísimos. Por supuesto, esto lo mostrás en ANMAT y te dicen ‘la epilepsia refractaria es la única patología que nosotros consideramos que hay suficiente evidencia científica para autorizar un medicamento de cannabis, pero no para Parkinson u otras’. Igual en la práctica la gente está extendiendo su uso. Uno se pregunta: ¿no será mucho? Es medio llamativo, porque visto así el cannabis es casi una panacea. Parece una locura, y lo es…”, evalúa.


Entonces Tedesco se detiene en la figura del médico israelí Raphael Mechoulam, el primero en aislar el THC y en postular la existencia del sistema endocannabinoide. “Él hizo un descubrimiento fundamental, encontró que el organismo produce cannabinoides endógenos porque tiene un sistema de receptores que capta esos cannbinoides para llevar adelante funciones fundamentales del cuerpo como mantener la homeostasis. Que tu organismo esté equilibrado depende del sistema endocannabinoide”, se explaya.


Por eso sostiene que los pacientes que más vienen adoptado los tratamientos con cannabis son los adultos mayores. “Los viejos son los más fieles porque en ellos todas las funciones se van deteriorando, la actividad de su sistema endocannabinoide decae y empiezan a tener complicaciones. Cuando una persona mayor toma un aceite de cannabis porque tiene un dolor reumático, también le empieza a resolver otros problemas que tenía pero que no se daba cuenta porque quizás no eran tan evidentes. De repente les cambia el humor, están menos ansiosos, duermen mejor, empiezan a salir con los amigos. Les cambia la vida”.


La investigación en la producción y la sinergia con otras empresas


Desde sus inicios, Pampa Hemp apeló a la ley 27.350 para embarcarse en la producción primaria de cannabis medicinal y se relacionó a través de un convenio de vinculación tecnológica con la Estación Experimental de Pergamino del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).


“No solo somos una empresa, somos un proyecto de investigación, y como tal ese proyecto tenía que tener residencia en una institución de investigación pública. En la reglamentación era condición tener algún tipo de acuerdo con ellos o con el CONICET”, señala Tedesco sobre los orígenes.

Lo que recalca el Coordinador Académico de la Especialización en Diseño Conceptual de la universidad es que esa vocación por ampliar los horizontes de conocimiento sobre el tema siempre se mantuvo intacta. “Realmente venimos haciendo investigación y el primer tema en el que queríamos meternos era el uso de variedades autoflorecientes en un contexto de producción”, especifica.


En línea con eso, comenta que fueron la primera empresa privada en Argentina en importar semillas de cannabis. “Cuando empezamos todavía no existían genéticas locales inscriptas, y uno de los requisitos del marco regulatorio era que teníamos que trabajar con genéticas que estuvieran registradas en un organismo de control de algún país del mundo. Apuntamos a Colorado, Estados Unidos, donde hay algunos bancos de semillas que tienen sus genéticas avaladas por el departamento de agricultura de ese estado”, recuerda.



Así, trajeron la variedad autofloreciente Auto Alfa para que creciera en el invernáculo de 300 m2 que el INTA dispuso para el proyecto. “Este trabajo con las autoflorecientes para producción fue bastante de vanguardia si se quiere, porque solo existía para el cultivo casero. Son plantas que tienen un ciclo mucho más corto que las otras, que son insensibles al fotoperíodo y florecen cuando su reloj biológico les dice que tienen que florecer. La idea era ver si podíamos establecer un proceso de cosecha perpetua”, continúa.


Según afirma, este esquema permite hacer lotes más chicos, en secuencia. “Cuando empezás a cosechar en una secuencia eso te da la posibilidad de contar con una infraestructura de poscosecha, de secado y curado mucho más chica. Bajás los riesgos y tenés una infraestructura más pequeña que la usas todo el año, versus una infraestructura muy grande que está ociosa la mayor parte del tiempo y solo se ocupa cuando cosechás”, detalla.


Pero estas zafras cortas tuvieron otras derivaciones, porque también les dieron la posibilidad de trabajar codo a codo con la metalúrgica Le Caburé del partido de San Martín en la mejora de sus trimeadoras y despalilladoras. “Estaban con los primeros prototipos. Como nosotros teníamos estos ciclos breves con pocas plantas, a ellos les resultó increíble. Venían con los equipos, probaban, se iban, los corregían. Todo eso hizo que su tecnología se perfeccionara en muy poco tiempo y hoy en día están vendiendo sus máquinas, brindando servicios y recorriendo todo el año los cultivos más grandes de cannabis del país”, relata.


Con el INTA también vienen estudiando otros temas que implican inversiones significativas en esta industria creciente, como son la iluminación, los sustratos y el agua. Y en otros aspectos vienen colaborando con diferentes empresas: con Natufarma en lo que es la extracción del principio activo mediante etanol; con Phitonat y Vamp en temas de nutrición vegetal; y con Growcast y Daiana en automatización y detección temprana de plagas a través de inteligencia artificial.


El artista y docente resalta que otro gran hito de Pampa Hemp es haber llegado a su propia semilla, PH Lobera, hoy inscripta en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y concebida para una mejor adaptación de la planta a las condiciones ambientales de la Provincia de Buenos Aires. El próximo paso que quieren dar, confiesa, es poder ampliar su volumen de producción con la incorporación de un predio en la localidad de Lobos.


Tedesco está convencido que el cannabis es un sector productivo en plena expansión donde todavía hay mucho por hacer. “Desarrollar una startup es complejo y una startup con un marco regulatorio en formación más todavía, pero al mismo tiempo es super interesante porque eso nos llevó a involucrarnos muchísimo en lo que viene siendo este proceso de creación de leyes. Eso es lo que nos motivó, junto con otros compañeros de ruta a formar ARGENCANN, la Cámara Argentina de Cannabis. Ahí se han nucleado un montón de iniciativas, de proyectos, de emprendedores y empresas con las cuales estamos construyendo esa cadena y viendo cada uno en qué parte de ella se quiere meter”, concluye.

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