La Esp. Marcela Ricosta, responsable de la Oficina de Vigilancia Tecnológica y Propiedad Intelectual de la UNTREF, y la Lic. Paula Araujo, profesional integrante de ese equipo, responden a las preguntas del CIDEM sobre los beneficios de tramitar las patentes, sus hitos en el país y el trabajo que viene realizando la Universidad en ese terreno.
¿Por qué es importante para una Pyme, emprendedor o investigador la propiedad intelectual, de qué los resguarda y cómo puede beneficiarlos?
Vivimos envueltos en una vertiginosa era del conocimiento, la tecnología y la innovación. Las empresas argentinas generan mucho valor inmaterial, a veces sin ser del todo conscientes del capital intangible con el que cuentan. La propiedad intelectual se torna decisiva en estos procesos de gestión de la tecnología y la innovación, los activos intangibles aumentan la capacidad innovadora y las ventajas competitivas de una organización en el mercado, por este motivo es importante protegerlos. La propiedad intelectual es necesaria para proteger productos y servicios innovadores; aumentar la visibilidad y el valor de sus productos en el mercado; diferenciar su empresa y sus productos de la competencia; acceder a información y conocimientos especializados y comerciales. En este sentido, proteger la creación, las invenciones y los desarrollos tecnológicos que fomentan la producción, generan valor agregado, estimulan las inversiones y se convierten en un negocio en sí mismo para las empresas.
¿Cómo comienza la historia de las patentes, en qué contexto histórico específico y por qué?
Las patentes son muy antiguas, es un sistema de reconocimiento a la inversión en investigación, a la creatividad y fomenta la innovación en el mundo. Se remonta a los años 1400, convenido por los países del mundo para comercializar sus productos y servicios más avanzados, como también sus obras artísticas y literarias. Los primeros tratados sobre Propiedad Industrial o sobre Derecho de Autor se firmaron en la década de 1880 en Europa Continental, tanto en materia de patentes como de marcas y otros desarrollos. Las patentes son derechos que otorgan los estados para reconocer autorías, inventores y la inversión en investigación, a cambio de un monopolio comercial por el plazo de 20 años en el que se le impide a terceros producir o comercializar lo inventado por uno en ese territorio al que se le peticionó la patente.
¿Qué casos paradigmáticos de patentes en nuestro país se pueden comentar, cuáles son los más llamativos?
Lo cierto es que Argentina tiene casos paradigmáticos que bien hablan de nuestros recursos humanos, de su formación y creatividad de empresarios, tecnólogos, como ser, la birome que inventaron Ladislao Biró y Juan Jorge Meynes en 1938 y el caso de Juan Vucetich, quien en 1891 ingenio el sistema de clasificación e identificación de personas, las huellas digitales. En 1989, Carlos Arcusin inventó la jeringa descartable, un instrumento que hasta el día de hoy se sigue utilizando. En su momento estos inventos revolucionaron la industria y hoy son de toda la humanidad.
¿Cuál es el rol que tienen las universidades en la promoción de los derechos de propiedad intelectual, cómo es la situación en Argentina actualmente?
La Universidad tiene la misión histórica de producir conocimiento a través de la investigación, el desarrollo tecnológico y la formación. Gran parte de las veces los resultados pueden ser valorados por los derechos de la propiedad intelectual de modo que se promueva la innovación, se reconozca al investigador/a y a su trabajo. De esta manera, se difunde el conocimiento, ya sea artístico, tecnológico o científico, se genera un valor, se beneficia la Universidad, el instituto o centro, el/la investigador/a y se facilita la transferencia a la sociedad o al sector productivo. El secretario de Innovación y Transferencia Tecnológica de la Universidad Nacional de Quilmes y docente de la Especialización en Gestión de la Tecnología y la Innovación de UNTREF, Darío Codner, junto al biotecnólogo Ramiro Perrota, han dicho en su trabajo “Proceso de transferencia tecnológica ciega desde la Argentina” que aquel conocimiento que los científicos argentinos han venido publicando a través de sus artículos científicos pero que no han protegido, fue apropiado por empresas extranjeras que sí lo utilizaron para patentar desarrollos que aumentaron significativamente su rentabilidad. Argentina necesita políticas públicas que promuevan y faciliten la protección y puesta en valor de sus inventos, sus avances científicos y sus desarrollos tecnológicos. Genera valor local, genera economías de escala, empresarialidad, fomenta la innovación. En definitiva, la propiedad intelectual es una herramienta no sólo de la política científica de un país sino también de la política económica. Los avances industriales y los derechos de propiedad intelectual tienen que ser complementarios en este caso y estar articulados para generar sinergia y favorecer la competitividad de las empresas.
¿Por qué surgió esta área dentro de la UNTREF, a partir de qué inquietudes, con qué objetivos?
Nuestra universidad es muy joven pero fue creciendo rápidamente, formando a sus primeras camadas de profesionales, incorporando cada vez más a la investigación como actividad fundamental. Y a medida que se hizo sólida empezó a tener más graduados, investigadores mejor formados y resultados de investigación aplicada, con un capital intelectual importante. Entonces, en el año 2018, se creó la Oficina de Propiedad Intelectual para darle tratamiento al tema, ya que no existía un espacio para resolver estas cuestiones ni recursos formados en esta área. Actualmente esta oficina se encuentra alojada en la Dirección de Desarrollo en la Secretaría de Investigación y Desarrollo. Nuestra misión hoy es gestionar y asesorar, por un lado, a nuestra comunidad universitaria y por el otro, brindar servicios a todas aquellas empresas, tecnológicas o no, y a emprendedores del territorio que estén interesados en poner en valor sus activos, registrándolos, protegiéndolos, formalizándolos o haciendo negocios con ellos. Toda Pyme o emprendedor, aunque se dediquen a un rubro muy tradicional, tienen activos muy valiosos para proteger que los conviertan en una organización más competitiva. Otras veces, las empresas quieren ingresar en nuevos mercados y necesitan información sobre patentes, para asegurarse de antemano no estar infringiendo el derecho de propiedad intelectual de un tercero.
¿A quiénes puede asesorar el área de Propiedad Intelectual de la Universidad?
En principio a todas las personas que pertenezcan a la Universidad, y principalmente a empresas, emprendedores, cámaras y a toda organización, sea pública o privada, que precise servicios de registro de la propiedad intelectual tales como: inventos o procesos que sean patentables, marcas, modelos de utilidad, diseños industriales, variedades vegetales, indicaciones geográficas, secretos comerciales, contratos de transferencia tecnológica, licencias, etc. En relación a las obras literarias y artísticas se brinda asesoramiento para la protección por derechos de autor como ser, los libros, los manuales, los softwares, las aplicaciones, las bases de datos, los mapas y los dibujos técnicos, la música, los materiales audiovisuales, los programas de televisión, la pintura, la escultura y las películas, hayan sido publicadas o sean inéditas.
¿Nuestra Universidad tiene algunas patentes?
En estos primeros años de vida la oficina de Propiedad Intelectual ha dado sus primeros pasos, quizás ayudados por la crítica situación que nos planteó la pandemia tanto como universidad y como sociedad en general. Algunos investigadores venían trabajando en líneas de investigación y desarrollo que rápidamente se volcaron y adaptaron a solucionar algunos problemas tecnológicos que se presentaron en los primeros meses del 2020 ante la desesperación y la emergencia sanitaria en la que nos encontrábamos. Este es el caso del grupo Aéreo Materiales que lidera el Dr. Lucio Ponzoni con un equipo que se mostró a la altura de las circunstancias y trabaja en conjunto con la Comisión Nacional de Energía Atómica. Ese trabajo dio origen a las primeras solicitudes de patentes, que se encuentran en análisis por parte del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. Tres fueron las solicitudes y se tratan de dispositivos que cubren necesidades como, el dispositivo regulador de flujos de gases, el dispositivo de inspección de la vía aérea superior y de asistencia para intubación endotraqueal, y el dispositivo mejorado de detección de dióxido de carbono. También tenemos el caso de los investigadores ingenieros Esteban Lombera y Matías Caccia, quienes solicitaron la patente para el sistema de adquisición de variables ambientales urbanas para una red de sensores inalámbricos. Por otro lado, hemos registrado un número considerable de marcas, softwares y aplicaciones desarrolladas en la Universidad. Actualmente nos encontramos en el estudio y análisis de nuevas invenciones.
¿Qué recomendaciones les darían a quienes quieren realizar este registro y cómo pueden iniciarlo a través de la UNTREF?
Pueden escribirnos al mail desarrollo@untref.edu.ar y realizar todas las consultas que crean pertinentes, así de manera conjunta podemos plantear estrategias para proteger, transferir y poner en valor los resultados tecnológicos, científicos o artísticos. La oficina de Propiedad Intelectual, inicia el proceso de análisis luego de que se detallen en el formulario de pedido de información tecnológica las características de lo desarrollado, sus inventores, antecedentes, entre otros, que permiten comenzar la búsqueda de información necesaria para un análisis de protección. Es importante mencionar que en el caso de una patente se debe dar cumplimiento a los tres requisitos de patentabilidad: novedad absoluta, mérito o actividad inventiva, y aplicación industrial.
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