Volvamos a la visión general de los flujos económicos que existen en las empresas familiares resaltando el flujo que nos ocupa en el artículo de hoy:
Si te interesa repasar los flujos económicos de un sistema FEP (Familia-Empresa-Patrimonio) aquí tienes el link al primer artículo donde empezamos a definirlos y que continuamos con este otro. En el tercero discutimos las tres primeras políticas a considerar para regular los flujos económicos relativos a la compensación por trabajar y a los honorarios por dirigir.
Hoy nos vamos a centrar en la política que regula el flujo número 3 que ves en la imagen: las políticas de distribución de dividendos.
Porque cuando el patrimonio del sistema FEP (Familia-Empresa-Patrimonio) está bien gestionado se espera que genere utilidades y estas sean repartidas entre los accionistas.
Vamos a ver las mejores prácticas de distribución de dividendos, pero antes hay que responder una pregunta importante.
¿Reinvertir o distribuir dividendos?
La distribución de dividendos en la empresa familiar suele darse por la presión de los accionistas que no trabajan en ella, pero que esperan un premio por tener allí inmovilizado su capital.
Típicamente, esta situación se da a partir de la segunda o tercera generación y compite directamente con la política de reinversión.
La reinversión se considera como una herramienta útil, a veces indispensable, para fomentar el crecimiento de la empresa o incluso su supervivencia en mercados donde la innovación o transformación es indispensable para mantener las ventajas competitivas.
Típicamente la gestión empresarial empujará hacia la reinversión como modo de mejorar la empresa mientras algunos accionistas pueden tener una inclinación hacia la distribución de dividendos para conseguir rendimientos del capital que tienen inmovilizado en la empresa.
Así las cosas, con dos políticas que compiten por el resultado de la gestión empresarial, lo realmente importante es conseguir que los órganos adecuados valoren los pros y contras de cada una de las opciones. Hay muchas consideraciones que hacer en los ámbitos empresarial y familiar y es importante tenerlas todas en cuenta.
Al final la decisión debe ponderar las dos sensibilidades y tomarse en función de los intereses y objetivos a largo plazo del sistema FEP que suelen estar asociados a su perdurabilidad y a la creación de armonía familiar.
Políticas de distribución de dividendos:
Lo primero es definir cómo vamos a medir las utilidades generadas. En la ilustración anterior puedes ver la forma más tradicional de hacerlo, la del Resultado Neto, aunque hay otras como el Flujo de Caja Libre para el Accionista (FCFE) que puedes revisar en este enlace.
Una vez tenemos claro el criterio que vamos a utilizar para medir, sabremos si estamos generando utilidades susceptibles de ser repartidas como dividendos o reinvertidas en la empresa según la decisión tomada por el órgano competente del sistema FEP.
En el caso de que vayamos a distribuir dividendos las formas clásicas de hacerlo son estas:
A través de un porcentaje fijo de la utilidad.
Asignando un monto fijo anual, útil para que los accionistas puedan planificar sus ingresos.
Combinación fijo – variable. Se establecería un mínimo fijo y un variable en función de los resultados
Según el modelo el accionista recibirá una cantidad u otra, siempre en función de su participación en el capital.
Esperamos que estas reflexiones te hayan sido útiles, en el próximo artículo discutiremos las mejores políticas a utilizar para que el fundador siga teniendo ingresos una vez retirado.
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