Comprendiendo los flujos económicos de la Empresa Familiar (V)
Vamos a situarnos en el momento en que el fundador de la empresa familiar aún sigue trabajando y dirigiendo la empresa, pero ya siente la necesidad de ir apartándose, sus prioridades van cambiando y sus hijos están preparados para tomar el relevo.
Algo así como lo que ocurre en el siguiente video.
El problema que se puede plantear, y que puede frenar la ejecución de una sucesión ordenada, es la inexistencia de una política que prevea la situación y reserve los recursos necesarios en el caso de que el patrimonio de fundador más la jubilación provista por el Estado no alcanzaran para mantener el nivel de vida deseado.
Así, la familia puede forzar a la empresa a que siga retribuyendo al fundador, aunque ya no esté trabajando, con la consiguiente deformación de las métricas y competitividad de la empresa.
No es una situación muy deseable.
Como siempre la existencia de una buena planificación vendrá en nuestra ayuda. Anticiparse a los problemas es muchas veces una de las claves de su solución y este caso no iba a ser una excepción.
Estableciendo un plan
La situación ideal es aquella en que la familia encara este tema varios años antes del momento del retiro, entendiendo que se deberá balancear la velocidad presente de desarrollo de la empresa con las expectativas económicas del fundador post retiro.
Se define así un fondo de uso específico que se alimentará de las utilidades generadas por el patrimonio operativo y el no operativo. Si no estás familiarizado con estos conceptos te recomiendo que revises los primeros artículos de la serie donde los definimos:
Este fondo de uso especifico tomará la forma de un seguro de retiro, un plan de pensión, o similar, según las regulaciones de cada país.
Al implementar esta solución vamos a llegar a la situación descrita en el siguiente gráfico. El fundador disfruta a partir de su retiro de sus bien merecidos logros con una remuneración apropiada mientras la empresa familiar continúa su camino en manos de la siguiente generación.
Y no olvidemos que la gestión del patrimonio seguirá haciendo su trabajo, se seguirán aportando fondos para que esta nueva generación que ahora empieza su gestión lo haga con la confianza de que existe un modelo que prevé su retiro.
Solución alternativa
Puede ocurrir que se den situaciones como la que hemos visto al principio en el vídeo de Diana, en el que no se ha hecho una planificación adecuada. Existen opciones que desde luego no son las más deseables pero que también se pueden implementar en caso de necesidad.
Si la empresa cuenta con propiedades inmobiliarias para desarrollar su actividad, esta práctica consiste en la división de la empresa en dos partes. Una de ellas será la propietaria de los inmuebles y la otra es donde se desarrolla la actividad de la empresa.
El fundador cede o vende el negocio despojado de la parte inmobiliaria a sus descendientes y mantiene la empresa propietaria de los inmuebles.
La nueva empresa entonces alquila los inmuebles y es ese alquiler el que constituye la renta del fundador durante su retiro.
Como hemos dicho es un recurso para aplicar cuando no se ha planificado con tiempo el retiro del fundador y obviamente es solo relevante cuando la empresa familiar cuenta con propiedades inmobiliarias.
En síntesis, la buena práctica pasa por visualizar con la debida anticipación que llegará el momento en el que el fundador se retire, y así comenzar a alimentar un esquema de financiamiento previo al retiro, que sea aplicado a partir de éste.
Como suele suceder, hablamos de un fundador que sea capaz de proyectar su vida más allá de la empresa, tema clave de toda empresa familiar, y del sistema FEP en general.
En el próximo artículo veremos cuándo es necesario racionalizar los beneficios que provee la empresa y las mejores prácticas para hacerlo.
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