Comprendiendo los flujos económicos de la Empresa Familiar (VII)
En los tiempos que corren, es usual que un miembro de la familia se encuentre pasando por una situación de necesidad económica, afectando a su grupo familiar de convivencia, de quien es único sostén o sostén relevante.
En el mundo FEP – familia, empresa, patrimonio, puede suceder que el pariente acuda a la empresa familiar en búsqueda de trabajo, o, más precisamente de empleo.
Optimizar la funcionalidad del sistema FEP
El pariente, con su pedido, está invocando uno de los valores propios del sistema FEP: la solidaridad y el cuidado entre los integrantes de la familia.
Y Podría eventualmente apelar a uno de los principios propios que fundan la empresa que integra el sistema FEP: contribuir al bienestar de todos los miembros de la familia.
Sin embargo, este principio puede ir en contra de requerimientos establecidos por la misma familia respecto de su empresa relativos a su sustentabilidad, competitividad, generación de utilidades económicas, etc.
Esta situación genera contradicciones al seno del sistema: ¿la familia primero?, ¿la empresa primero?
Como venimos viendo en otros artículos, las contradicciones llevan a la familia a darse políticas que regulan el sistema FEP y que guían decisiones tales como la respuesta a dar al familiar necesitado.
Política 1: priorizar la generación de empleo
Esta política determina que en la medida de lo posible el criterio es que la empresa albergue (en el sentido más propio de este término) a los miembros de la familia que sean sostén económico de sus grupos de convivencia. El principio subyacente reside en la dignidad que aporta el trabajo rentado.
Esta política puede alterar la competitividad de la empresa en tanto fuerce la creación de una posición laboral que no existía, o que implique que su ocupante cumpla parcialmente con el perfil requerido a la posición ya existente.
Ahora bien, gran parte de las empresas no tienen posiciones definidas por organigrama, y la inclusión de una persona de confianza representa un plus, en tanto se delega en ella parte del control que recién será formalizado en etapas futuras de desarrollo.
Como se ve, esta política puede ser funcional tanto a la familia como a la empresa, sobre todo en las etapas iniciales, menos formalizadas, usualmente con el fundador presente.
Cuando se pasa a la empresa de segunda generación, que coincide con la mayor formalización de procesos y puestos, la definición de perfiles para sus ocupantes, y la generación de sistemas de control, esta política comienza a perder efectividad, y comienza a aplicarse la que sigue.
Política 2: proveer ayuda económica
Esta política determina que la familia prevea mecanismos de ayuda económica a los miembros de la familia en la medida en que sean sostén económico de sus grupos de convivencia. Estos mecanismos consisten en la generación de un fondo que se alimenta desde las utilidades que generan el patrimonio operativo (empresas familiares) y el no operativo (inmuebles para renta, productos financieros, etc.).
Este fondo es independiente de la empresa familiar, por lo que no afecta su sustentabilidad y competitividad. El fondo es parte del patrimonio familiar, y su aplicación sigue criterios definidos por la política en cuanto a montos, tiempo, si se trata de un préstamo o no, etc.
En la aplicación de esta política se vuelve relevante el órgano de gobierno de la familia, que se verá en la difícil situación de aplicar la política definida por ella misma anteriormente.
Como siempre, el establecimiento de una política requiere de la existencia de órganos de gobierno adecuados. Exactamente el objeto de nuestro siguiente artículo.
P.D.: si es el primer artículo que lees de esta serie y crees que la información se te queda corta te recomendamos que repases los artículos en los que hemos discutido los flujos económicos en la empresa familiar y las políticas que se pueden poner en práctica para regularlos:
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