Tradicionalmente las empresas han estado rodeadas por altos volúmenes de información interna, pero en la actualidad se encuentran también con el desafío de sobrevivir frente a un exagerado aumento en el flujo y el volumen de información externa.
Es por ello que se vuelve fundamental para las organizaciones llevar a cabo acciones para la gestión y la vigilancia de toda esta información e incorporar conceptos innovadores como la vigilancia tecnológica, la inteligencia competitiva y la gestión del conocimiento interno y externo a la hora de enfrentarse a esta nueva realidad.
La gestión del conocimiento interno nos permite conocer el ahora de nuestra organización, es decir, si necesitamos más flujo de caja, más materias primas, etc. pero la gestión del conocimiento externo nos dirá que ocurre en nuestro mercado donde realmente detectamos las oportunidades y amenazas que se nos presentan.
Cuando hablamos de gestión del conocimiento en las organizaciones, nos referimos a un proceso o una situación que permita transferir los conocimientos o experiencias de una persona o grupo de personas a otras pertenecientes a una misma organización.
Cualquier proceso relacionado con la gestión de conocimiento son indispensables para entender nuestra organización y su entorno, para ser capaces de tomar decisiones que nos permitan adaptarnos a él, articularnos con políticas públicas y pensar la planificación tanto estratégica como operativa de la organización.
La Gestión del conocimiento implica ir mucho más allá que un mero sistema informático. Es esencial para favorecer una estructura empresarial innovadora y eficiente. Si el conocimiento fluye y se transmite de manera correcta en la organización, ésta solo puede crecer. Las habilidades e informaciones útiles se trasmiten entre los empleados de forma rápida y de esta manera aumenta la posibilidad de generar nuevo conocimiento que deriva en aplicaciones nuevas, mejoras en procesos o productos y nuevas formas de hacer negocio para alcanzar nuevas oportunidades.
Mientras que la vigilancia tecnológica tiene un enfoque externo, que permite detectar información relevante a nivel mundial, regional, local, sobre tendencias, novedades de clientes, tecnologías emergentes, ventanas de oportunidades, invenciones e innovaciones y potenciales socios y competidores. La inteligencia competitiva hace referencia al conocimiento interno de la entidad.
Ambos conceptos son claramente complementarios y será indispensable unirlos en un sistema integral del conocimiento, que podríamos definir como el proceso de obtención, análisis, interpretación y difusión de la información externa y el conocimiento interno con el objeto de mejorar el proceso de toma de decisiones en cualquier tipo de entidad.
Es importante destacar que el conocimiento es el único activo que crece en el tiempo y no se desgasta, pero que, si este no es compartido, puede desaparecer con las personas.