La crisis económica actual nos atraviesa a todos, y frente a un futuro incierto se incrementan los niveles de estrés en toda la organización.
Dirigir personal en tiempos de crisis es una ardua tarea, ya que se trata de épocas de recortes presupuestarios, que llevan a los empleados a lidiar con baja de beneficios, puestos de trabajo, carga horaria y en ocasiones a sobrecarga de tareas debido a que los empleados que permanecen en sus puestos deben asumir tareas de los que ya no están.
En las empresas Pymes, las presiones son aún mayores, para el líder, ya que se encuentra atravesado por múltiples desafíos: la rentabilidad y sobrevivencia en el mercado y asimismo la conducción del personal.
Poseer el empleo es fuente de identidad personal, además de garantizar la subsistencia propia y de la familia, frente a épocas de incertidumbre como la actual, resulta inevitable que los empleados se sientan estresados y desmotivados.
Desde el managment se necesita que los empleados no pierdan compromiso con sus tareas y con los objetivos de la empresa. ¿Entonces qué hacer?
El líder debe transmitir confianza, credibilidad, empatía, para poder reacomodar y realinear los objetivos de la organización en un entorno cambiante e incierto.
Sostener un liderazgo efectivo en tiempos de crisis, requiere de la capacidad autocontrol, automotivación y una marcada dosis de optimismo e iniciativa que conduzcan a buscar alternativas nuevas y poder trasmitir cierta tranquilidad a los integrantes de la organización.
Resulta imprescindible mantener una comunicación fluida con todos los integrantes. Esta se debe programar y segmentar de acuerdo al público que vaya dirigida, ya que comunicar en exceso, puede resultar tan perjudicial como no comunicar nada. La comunicación es una herramienta eficaz que permite reducir incertidumbre y radio pasillos que tan mal hacen al clima laboral.
El líder es ante todo un ser humano, que necesita sus propios tiempos personales, no debe dejarse fagocitar por la crisis, debe mantener sus espacios, y también tiene que creer en sí mismo, y permitirse equivocarse, así podrá comunicarse de mejor manera con sus subordinados, dado que nadie da lo que no posee.
Rosana Mazzilli