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“La competencia en el mercado interno es más fuerte entre las PyME más pequeñas y débiles”… MITO


De acuerdo a las estadísticas de FOP, entre 2012 y 2017 la proporción de empresas cuyo número de competidores directos en el mercado interno se ha incrementado es del 33% y que ha caído, 21%. El resto de las firmas no ha visto cambios en la dimensión de su competencia directa. Habitualmente, la cantidad de competidores que las industrias PyME manufactureras enfrentan en forma directa en el mercado local varía entre 5 y 6.

Las industrias PyME manufactureras para las cuales la competencia directa en el mercado interno se ha visto incrementada (33% del total de empresas del segmento) ocupan en promedio 35 personas, mientras que para las PyME a las cuales la competencia directa les ha disminuido (21% del total) tienen 27 personas ocupadas en promedio; asimismo las empresas con aumento del número de competidores son más productivas (53% en los rangos medio-altos de producto medio vs. 29%), son más inversoras (45% vs. 34%), más exportadoras (27% vs. 12%) y las certificaciones (de calidad u otra) están más difundidas en la medida que entre las primeras un 33% posee alguna certificación mientras que sólo el 20% entre las que presentan caída de la competencia.

Esto es, las PyME más internacionalizadas, más grandes, con mejor organización interna y más dinámicas, están más expuestas a incrementos de la competencia. Así como los sectores productivamente más sofisticados son los que han visto aumentar la cantidad de sus competidores en el mercado interno durante los 5 años analizados (como las PyME químicas o fabricantes de aparatos eléctricos y electrónicos).

En el contexto de estanflación, entre 2012 y 2017, las empresas medianas han mostrado una evolución relativamente menos desfavorable que las empresas pequeñas. En efecto, en el grupo de aumento de la competencia (que presenta PyME más grandes que el de disminución), la facturación crece un poco más que entre las PyME del segundo grupo, como así también el empleo se reduce en menor magnitud.

En conclusión, si bien diversos atributos de las firmas confluyen en su desempeño en el mercado, así como el entorno y la competencia influyen en las características microeconómicas de cada empresa, se tiene por un lado un segmento PyME con empresas de muy buen desempeño y desarrollo interno, más dinámicas, inversoras, productivas y exportadoras, conviviendo con un grupo de empresas con características relativamente opuestas. Ese grupo más robusto enfrenta una mayor competencia, que deviene en parte del ingreso de nuevos productos extranjeros y en parte de nuevas empresas nacionales, de acuerdo a los datos de FOP. El grupo menos dinámico, menos robusto, se “dualiza” a su vez en un puñado de industrias PyME que ve disminuir su competencia por mortandad de las empresas locales que ya no lograron sobrevivir.

El futuro: sin una inyección suficiente de crédito y capital en el sector PyME, los actuales comportamientos no serán sostenibles y se agravará el problema de la mortalidad empresarial.


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