“4ta Revolución Industrial” e “Industria 4.0” son expresiones que escuchamos cada vez con mayor frecuencia. Sin embargo, su asociación con la realidad de las ciudades no suele ser automática. Mientras que el debate sobre el impacto de las nuevas tecnologías digitales en ámbitos como la industria, el comercio y el transporte está cobrando mayor importancia entre los sectores público, privado y académico a nivel global, su debate sobre el impacto en la vida urbana no ha adquirido aun la misma relevancia.
Tal como lo hicieron las tres revoluciones precedentes, marcadas por la utilización del vapor, de la electricidad y de la automación, la 4ta Revolución Industrial cambiará radicalmente los patrones de producción, de consumo y de la vida urbana misma. En este post presentaremos brevemente 4 claves para entender la 4ta Revolución Industrial y su impacto en la realidad de las ciudades.
La revolución digital
Vehículos no tripulados, inteligencia artificial, Internet de las Cosas y 3D printing, entre otras, son las tecnologías que caracterizan a esta nueva revolución. Mientras que hace no mucho la palabra “drone” o avión no tripulado–era utilizada casi exclusivamente en el léxico militar, hoy estamos cada vez más cerca de ver drones desplegados en los cielos de nuestras ciudades para cumplir una multiplicidad de funciones.
En Estados Unidos, se estima que para 2020 habrá más de 7 millones de drones en uso. Compañías como Amazon y DHL están testeando drones para realizar entregas a domicilio en zonas urbanas altamente congestionadas o de tránsito vehicular reducido. En el campo de la construcción, se está experimentando con la utilización de drones para producir mapas 3D, supervisar tareas y monitorear el estado de las estructuras.
Unido a la implementación de inteligencia artificial, otros vehículos no tripulados como automóviles, taxis y autobuses están comenzando a cambiar el panorama del transporte urbano. Con un crecimiento de mercado estimado en US$ 2,6 trillones anuales en los próximos 15 años, se espera que para 2030 haya más de 10 millones de vehículos no tripulados por las calles de las ciudades de Estados Unidos. A través de inteligencia artificial, estos vehículos podrán comunicarse entre ellos y con sus pasajeros, coordinar movimientos y colaborar con los sistemas de planificación urbana para crear un sistema de transporte más confiable y eficiente.
La revolución de los datos
La 4ta Revolución Industrial también se origina por la posibilidad de recolectar y analizar datos de manera masiva y automatizada, utilizar tales datos para la toma de decisiones e implementar las decisiones en tiempo real. Con la disminución de los costos de cálculo, conexión y hardware, la cantidad de dispositivos conectados a internet y plataformas de almacenamiento y análisis de datos ha aumentado exponencialmente, dando origen al Big Datay al Internet de las Cosas (IoT).
Hacia 2020 se estima que habrá más de 50 mil millones de dispositivos conectados y transmitiendo información, 80% de los cuales serán objetos cuya funcionalidad tradicional no ha sido la de transmitir información. En efecto, a través del IoT, objetos tales como un semáforo, un parquímetro y un refrigerador adquieren un mayor número de funciones. El semáforo puede identificar la presencia de vehículos en la calle y transmitir información a sus ocupantes, a otros vehículos o a la oficina pública correspondiente acerca de cómo optimizar una determinada ruta o el flujo de tráfico. El parquímetro puede generar y transmitir información acerca de qué espacios se encuentran disponibles, cuál es la mejor ruta para llegar y cuánto cuesta el parqueo. El frigorífico puede monitorear el estado de los alimentos, ajustar la refrigeración según las necesidades específicas de los diferentes tipos de alimentos, generar alertas sobre caducidad y realizar compras en línea.
El IoT también puede contribuir a mejorar el desempeño de los servicios públicos. A través de la colocación de sensores en la redes de energía, agua y saneamiento, es posible monitorear el estado de la infraestructura en tiempo real, maximizar el uso de las mismas a través de sistemas de gestión dinámica, y detectar anomalías y corregirlas antes que afecten al servicio.
Un mundo más complejo e incierto
Para 2030, se espera que casi 5 mil millones de personas (60% de la población total) vivan en áreas urbanas, y que las áreas urbanas cubran más de la totalidad de la superficie terrestre. Los retos en materia de salud, sanidad, transporte, vivienda y seguridad que presentarán semejantes aglomeraciones no tendrán precedentes. Las ciudades deberán también adoptar medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático y la mayor recurrencia de desastres naturales. Unido a todo ello, las abruptas transformaciones de la revolución tecnológica en la producción y la economía harán del futuro un escenario más complejo. Por ejemplo, el impacto de la adopción de nuevas tecnologías en el empleo es todavía incierto. Asimismo, el mayor alcance y la velocidad en la generación y circulación de la información incrementan el riesgo de ataques cibernéticos.
Oportunidades sin precedentes
La aplicación de las nuevas tecnologías tiene un gran potencial para solucionar problemas urbanos. Por ejemplo, la generación de una mayor cantidad y mejor calidad de datos es crucial para incrementar el desempeño de los servicios públicos y satisfacer una demanda que se espera que crezca en 50% para los servicios de transporte y en 75% para los servicios de agua. La colaboración entre humanos y robots resultará en aumentos de productividad en la agricultura y la industria, lo cual es indispensable para satisfacer las necesidades de una población en aumento. La implementación de tecnologías limpias y las ganancias de eficiencia en todas las áreas de la economía contribuirán a mitigar el cambio climático. La masificación de vehículos no tripulados y con inteligencia artificial reducirá las muertes por accidentes viales en hasta un 90%, salvando en el mundo alrededor de 1 millón de vidas por año.
Fuente: BID